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Sigue el baile encubierto en Las Cañitas

El boliche encubierto Barrister (ex John John), que con el antiguo nombre fuera clausurado en julio último por actividad de baile no permitida, volvió a abrir su pista en la noche del miércoles 15 de diciembre. Como si nada ocurriera, siguen los boliches truchos en el barrio.



La justicia porteña ya clausuró el local Mute por la misma causa el mes pasado.
Mientras tanto, el gobierno de la ciudad sigue mirando para otro lado. A menos que la justicia lo obligue a realizar los controles.

Los autos estacionados en doble fila y sobre las veredas son moneda corriente en Clay, Arguibel, Arévalo y Dorrego.



Y esto sucede día y noche:



¿Hasta cuándo los vecinos tenemos que seguir soportando el caos en Las Cañitas?
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Las Cañitas: Problemas con los controles

Una vecina relató a LA NACION que, en más de una ocasión, llamó por teléfono a los fiscales contravencionales para exigir su presencia para constatar que pubs de la zona emiten ruidos molestos y organizan bailes ilegales. "El operador prácticamente nos desahució. Dijo que si venía el fiscal debíamos estar presentes y aceptar firmar el acta. Aceptamos, e igual no vinieron", dijo.



El párrafo fue publicado en la edición del jueves 23 de septiembre del matutino, en un artículo titulado "Puntos oscuros del sistema por los que se filtra la corrupción
Hay inspecciones no contempladas, atraso en el padrón de habilitaciones y categorías dudosas". Recomendamos su lectura

La Nación también menciona en otro artículo del mismo diario la existencia de "Preavisos y coimas en controles a los boliches", algo que los vecinos de Las Cañitas venimos sospechando ante la ineficiencia de los controles por parte del gobireno como contracara de las denuncias de los residenctes del barrio. Recomendamos leer el artículo completo


Por otro lado, nos llega un e-mail con la foto de los afiches que aparecieron en calles de Palermo y la siguiente información: "El Dr Martín FARREL es el Director Gral de Habilitaciones y Permisos de la (AGC) Agencia Gubernamental de Control (2500 empleados), y a través de la Resolución 1010 habilitó todos los recitales en los clubes de las Avdas del Libertador y F. Alcorta, dejando de cumplir nada menos que el art 30 de la Constitucion de la CABA y la ley 123, por lo que en 2009 fue declarado "persona no grata" en nuestro barrio Gral Belgrano, al que le pidio "resignación".
Transitó las gestiones en la AGC de Young, Bourlot, Rios y ahora la de Ibanez.
Está denunciado ante la Justicia Nacional (Fiscales Dres Pablovsky y Velarde ) y ya pasó por la Justicia de la CABA."

Y en La Nación de hoy se informa que finalmente el Sr. Farrell fue citado a declarar por la fiscal de la causa que se inició tras la tragedia en el boliche encubierto Beara, en Palermo. Esperemos que se haga justicia y los responsables de las maniobras corruptas que permiten todo tipo de atropellos a las leyes en nuestra ciudad sean sancionados y las normas, cumplidas. ¿Será posible?
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LOS BOLICHES ENCUBIERTOS DEL BARRIO EN LOS MEDIOS


El tema de los boliches encubiertos fue cubierto hoy ampliamente por el diario La Nación. Al parecer, los bares de la ciudad estarían recibiendo "permisos extraordinarios" para organizar baile aún cuando no están autorizados para ello. Según el matutino: "Las irregularidades en las habilitaciones y controles de boliches en la Capital sumaron ayer un nuevo y polémico capítulo al conocerse que prácticamente todas las semanas el gobierno porteño concede excepciones para que se usen como discotecas numerosos lugares que no fueron habilitados para tal fin. No se trata, precisamente, de permisos aislados. Algunos bares, por ejemplo, fueron autorizados a "convertirse" en boliches bailables hasta dos veces en una semana. Y en no pocos casos tienen música en vivo".
Junto a esta información de tapa en La Nación de hoy, se publica un artículo dedicado a la problemática que venimos denunciando desde hace años los vecinos de Las Cañitas.
"Las Cañitas, de polo gastronómico a discos encubiertas y night clubs" titula el diario, para comentar que "Mientras algunos comerciantes y vecinos de Las Cañitas ven con cierta inquietud el arribo de una suerte de "cabaret" al barrio, otros reclaman que el gobierno porteño aumente los controles en la zona, ya que, denuncian, varios restaurantes y bares funcionan como boliches bailables encubiertos. Es decir, desvirtúan el uso de su habilitación, una infracción que en las últimas horas fue mencionada a raíz de la tragedia en el salón de fiestas Beara, en Palermo".

"Los vecinos que denuncian que existe actividad de baile clandestina en locales que no están habilitados para tales fines, exigen que el gobierno de la ciudad disponga de un límite a la apertura de restaurantes. De hecho, los ruidos molestos son la principal queja de quienes viven cerca de Báez, donde calles y veredas fueron niveladas hace más de un año para dar un corte pintoresco para el turismo", continúa el mencionado artículo, que aclara también: "La asociación Cañitas Activa ha impulsado denuncias y solicitado inspecciones, principalmente por el descontrol que hay los fines de semana, abarrotados de visitantes".

Recomendamos leer el artículo completo e invitamos a dejar sus comentarios

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¿Malos usos o falta de control?

Esta vez, la desidia de los empresarios de la noche y la falta de acción por parte de las autoridades del gobierno porteño se ganaron dos vidas. Una vez más, la tragedia golpea en la cara a quienes observan complacidos la fiesta nocturna y se amparan en la “mala legislación” para no actuar ante las irregularidades que a diario se cometen en cientos de locales habilitados que funcionan con otros fines no autorizados según la legislación en vigor.
Los vecinos de Las Cañitas venimos alertando sobre situaciones de descontrol y desvirtúo de los usos en los boliches de nuestro barrio desde hace mucho tiempo, una realidad que ha crecido en forma geométrica en los últimos cinco años. Paradójicamente, la consecuencia posCromagnon fue la propagación de “clubes de cultura” y bares que construyen “entrepisos” con pistas bailables; tal es el caso de Jackie O, Mute, John John y Blonda, por citar locales que habitualmente funcionan como boliches bailables en nuestro barrio.
Cuando denunciamos esta situación, las autoridades nos repiten que se realizan los controles, que mandan inspectores y que, cuando los “pescan” incumpliendo el uso para el que fueron habilitados, los clausuran. Pero notamos que evidentemente con esto no basta: las clausuras duran apenas horas, los empresarios de la noche rápidamente pagan la multa o la apelan ante la justicia, y la música sigue sonando.
En este momento, cuatro proyectos esperan ser tratados en la Legislatura de Buenos Aires para ordenar el tema de usos permitidos y exigir al Gobierno una revisión de la situación de caos y desborde que vive nuestro barrio.
Durante una conferencia de prensa realizada esta mañana, a propósito de la tragedia de Beara, el Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta expresó: “Quizás hubo un mal uso de las instalaciones”. Hace un año, el 29 de septiembre de 2009, el citado funcionario se presentó en nuestro barrio, escuchó nuestros reclamos, se hizo de documentación al respecto y prometió tomar cartas en el asunto. Los vecinos de Las Cañitas todavía esperamos una acción por parte de las autoridades que demuestre que están trabajando para que quienes vivimos en este barrio podamos dormir y vivir tranquilos. Ni siquiera podemos estar seguros de que si ocurre una emergencia, ambulancias o bomberos podrán ingresar por la única vía de acceso que es la calle Báez, congestionada día y noche a causa del angostamiento de la calzada producida por las obras de ensanche de veredas realizadas el año pasado y el absurdo permiso para estacionar en ambas manos, legitimado recientemente por una ley. Si el desastre de anoche se hubiera producido en nuestro barrio, el desalojo y la asistencia a las víctimas hubiera sido caótico ante la saturación de automóviles, que estacionan en doble fila sobre calles aledañas -Arguibel, Clay y Arévalo-, con la anuencia de las autoridades policiales que patrullan la zona, y la ocupación de las veredas, ya no sólo con mesas, sillas, sombrillas y estufas, sino también con estructuras fijas de metal y toldos, tampoco permitidos por las normas que rigen sobre el espacio público.
Los vecinos de Las Cañitas nos solidarizamos con las víctimas de Beara y sus familiares y compartimos su dolor. También, la impotencia ante una realidad que nos sacude pero que lamentablemente no nos sorprende.
Si el gobierno no es capaz de controlar “los malos usos”, pues entonces, que restrinja los usos y no continúe habilitando locales en forma eufemística: Sr. Rodríguez Larreta, le recordamos que en un “salón de fiestas”, en un “club de cultura”, en un “club de música en vivo”, en un “night club” (la última figura que apareció en nuestro barrio), cuando se despliegan las cortinas bloqueadoras de luces para tapar los vidrios, se baila y se salta lo mismo que en una discoteca. Por lo tanto, es responsabilidad de las autoridades y no sólo de los empresarios irresponsables lo que allí suceda. ¿O acaso los vecinos de Buenos Aires debemos asumir que en nuestra ciudad reina la anarquía y la impotencia ante la codicia de empresarios sin escrúpulos?
Leer declaracioes públicas de funcionarios por boliche Beara

Otro boliche que no deja dormir a los vecinos

Los vecinos de la calle Arguibel advierten sobre las molestias ocasionadas por un nuevo bar de tragos que se instaló en el número 2884 de esa calle, con el nombre de "Blue Nights".
Según nos cuentan los atribulados habitantes de esa zona de Las Cañitas: "Normalmente, abren de miércoles a sábados, y adicionalmente, las noches en víspera de feriados. La música está a alto nivel aún en horas de la madrugada".
El último sábado, 14 de agosto, ante la imposibilidad de conciliar el sueño, los vecinos decidieron llamar a la policía. "No sabemos qué se hace adentro del local puesto que tienen cortinas en el frente y las ventanas de atrás también están tapadas", explicó a Cañitas Activa una vecina del mencionado bar.
¿Estaremos ante otro "boliche bailable encubierto" en Las Cañitas?


(Foto de John John, boliche encubierto clausurado en julio último y ya reabierto)

Clausuran boliche encubierto en Las Cañitas

En la noche del 20 de julio último fue clausurado el bar John John, en Arguibel 2826 por realizar actividad de baile, no permitida en el barrio, categorizado como distrito residencial R2B1.
A pesar de estar clausurado, el local no luce la faja de clausura que colocan los funcionarios de control, sino un cartel que dice "Cerrado por reformas".



Además, ayer por la tarde, las autoridades de Ordenamiento del Espacio Público mandaron retirar las "carpas" que el mismo martes 20 se habían colocado con mesas y sillas en su interior sobre las veredas de Beat House (Báez 211) y Lupita (Báez 227).



Los vecinos residenciales de Las Cañitas continuamos luchando para que el barrio sea respetado como distrito residencial R2B1 y se cumplan las normas que prohiben las actividades de música y/o canto y de baile, así como el uso de la vía pública.
Aún convivimos con otras tantas irregularidades como las permanentes infracciones de tránsito y estacionamiento:




Las faltas a las más básicas normas de higiene que hacen de nuestras calles un basural, a toda hora:



Y los ruidos, entre otros tantos actos de avasallamiento sobre el carácter residencial que la ley le da a nuestro barrio.

Les pedimos que nos mantengan informados sobre irregularidades que perturban la vida cotidiana de los vecinos residenciales para que podamos comunicarlo a las autoridades competentes, encargadas de penalizar los incumplimientos y hacer cumplir la ley.
Nuestro e-mail es canitasactiva@gmail.com
También pueden ingresar sus comentarios aquí para que sean publicados en el blog.

Las infracciones de tránsito, también sin control

En La Nación del 3 de junio de 2010, se publica: "Quienes solemos transitar por Báez, entre el 100 y el 300, en Las Cañitas, vemos parado en distintos puntos de esas dos cuadras a un policía federal de la seccional 31a. que, lejos de cumplir su misión de hacer respetar las normas de tránsito, deja que se las vulnere. Sobre la mano izquierda de esas dos cuadras, donde la calzada es angosta, está prohibido estacionar los días hábiles, entre las 7 y las 21. Hay dos carteles que así lo indican, pero los autos se estacionan igual ante la mirada condescendiente de ese uniformado. Dicen que los policías de la zona están allí para cuidar la seguridad de los boliches, que les pagan por esa tarea. ¿Eso les hace desobedecer las reglas? ¿O también les pagan para que las desobedezcan?", se pregunta la vecina Judith Alvarez.
Coincidimos con el problema planteado por la vecina Álvarez, a quien invitamos a contactarse con Cañitas Activa. No son pocos los vecinos del barrio que llaman al tel. de Control de Tránsito 4305-5355 para notificarlos del incumplimiento de las normas de estacionamiento sobre calles del barrio (mano izquierda en Báez, doble fila en adyacentes, etc) sin que las autoridades competentes cumplan con las tareas de fiscalización.
A manera de muestra, algunas imágenes aportadas por vecinos del barrio:


Estacionamiento en Báez y Clay


Báez y Arguibel, autos en cruce peatonal


Arguibel, doble fila


Arévalo, doble fila


Leer artículo citado

Una vez más, la inundación

Las Cañitas volvió a inundarse, pese a las obras que hizo el gobierno de Macri.
Hace un año, los vecinos residenciales de Las Cañitas manifestamos nuestra oposición a las obras de nivelación de calzadas y aceras sobre Báez. Entonces, los funcionarios dijeron públicamente que el proyecto comprendía obras hidráulicas que acabarían con las inundaciones que solían afectar al barrio durante lluvias abundantes.
Para sorpresa de quienes creíamos que las obras hidráulicas habían sido efectivas, esta semana, en dos oportunidades, no sólo volvió a inundarse el barrio como en las viejas épocas, sino que a diferencia de las tormentas ocurridas antes de las obras de 2009, el agua tardó varias horas en descender su nivel luego de que cesara la lluvia, con la novedad de que las aguas barrosas y la basura que ellas arrastraron quedaron estancadas hacia el final de la calle Arguibel, donde ésta se cierra contra el Campo Argentino de Polo.
Ante el desastre, los funcionarios del gobierno porteño no hicieron más que advertir que las inundaciones podrían repetirse ante tormentas intensas. El lunes 15 cayeron 88 mm en dos horas, con sudestada; el viernes 19, 67 mm en el mismo lapso, sin sudestada. Cabe preguntarse: ¿Cuántos milímetros hacen una tormenta intensa?

Imágenes tomadas en Báez y Arguibel, el viernes 19 de febrero de 2010:






La noticia en los diarios:
Clarín - 20-feb-2010: Leer
La Nación - 20-feb-2010: Leer

VOLVIO EL AGUA

Imágenes tomadas en la noche del 15 de febrero de 2010 en la esquina de Báez y Arguibel, tras la lluvia que descargó 88,5 mm sobre la ciudad, en un par de horas:






La noticia en los diarios:

La Nación: "En la zona de Las Cañitas, en Palermo, el agua ingresó en viviendas y comercios. "Las bolsas de la basura flotaban en el agua sobre la calle Báez " y sus aledañas, contó a LA NACION una vecina. Paradójicamente, en esa zona el gobierno porteño había realizado el año pasado obras hidráulicas para evitar inundaciones."

Clarín: "En Palermo, calles de Las Cañitas, como Arévalo, entre Luis María Campos y Báez, estaban anegadas. "Tenemos agua de lado a lado, estoy viendo si viene mi marido para ayudarlo a entrar", contó Natalia Ríos en la puerta de su casa cerca de las diez. La gente pasaba con el agua en los tobillos".

Mientras esperamos una respuesta por parte del gobierno de la ciudad, la noticia sigue en los principales diarios:

Clarín - 17-feb-2010: Leer
La Nación - 17-feb-2010: Leer

Doce años de degradación urbana en Las Cañitas


En una nota publicada en el diario La Nación el jueves 11 de diciembre de 1997, el periodista Alejandro Di Lázaro señalaba "El barrio Las Cañitas se convirtió en un verdadero infierno. Según sus vecinos, desde hace algo más de seis meses la zona evidenció una lamentable metamorfosis: basura en la calle, ruidos molestos, patotas, ocupación ilegal de veredas, locales ruidosos, veredas ocupadas ilegalmente y autos en doble fila durante las horas pico de la noche son ahora parte de un paisaje jamás imaginado".

Vale leer el artículo completo. Sería bueno que algún funcionario del gobierno porteño recurriera a los archivos periodísticos para revisar la situación de ciertos barrios de la ciudad, que como el nuestro, ven avasallado su carácter residencial, y de una vez por todas se decida dar una solución definitiva al flagelo que vivimos los habitantes de Las Cañitas. Un barrio que el citado artículo definía como: "Una zona tranquila que sólo se veía alterada los domingos en que se disputaba la final del abierto de polo. Pero ahora la proliferación de restaurantes para público selecto y de boliches que atraen a cientos de jóvenes provocaron una mutación que los vecinos no dudaron en definir como "invivible". Se instalaron en el último tiempo diez restaurantes en sólo dos cuadras".
Leer el resto del artículo aquí

Las Cañitas, nuevamente en los medios


Con el título, "Una molestia que crece junto con la transformación urbana", el diario Clarín del domingo 31 de enero de 2010 publica una nota sobre los infortunios que debemos padecer quienes vivimos en un barrio que algunos se empeñan en convertir en polo turístico y de diversión nocturna desconociendo los derechos de los vecinos residenciales que hace décadas elegimos las calles tranquilas y las casas bajas de Palermo.
El artículo comienza: "Palermo es sinónimo de moda, de diseño, de múltiples ofertas para salir a cenar o a tomar algo. Pero para quienes viven allí, el barrio tiene a menudo otra palabra que lo define: ruido.

"Estamos desbordados por la cantidad de locales que fueron habilitados en los últimos años", se quejó Federico Kelly, vecino de Las Cañitas: "el barrio se fue transformando y no hubo una regulación del Gobierno de la Ciudad acorde a esta situación. En principio, hay una gran contradicción: el Código de Planeamiento dice que esta es una zona residencial, por lo tanto la actividad de música y canto debería estar prohibida. A pesar de eso, muchos boliches utilizan la figura de "clubes de cultura" para habilitarse, y terminan poniendo música fuerte hasta altas horas de la madrugada".

"Pueden ser noches de primavera, agradables, con temperaturas de 20 grados; pero para estar tranquilo en mi departamento, tengo que tener todo cerrado. Ya lo tengo asumido", comenta Claudio Mazur, desde la puerta del edificio donde vive. A su lado, por la calle Báez, se suceden bares y restaurantes que ya son tradicionales de la movida porteña nocturna".

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