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Una vez más, la inundación

Las Cañitas volvió a inundarse, pese a las obras que hizo el gobierno de Macri.
Hace un año, los vecinos residenciales de Las Cañitas manifestamos nuestra oposición a las obras de nivelación de calzadas y aceras sobre Báez. Entonces, los funcionarios dijeron públicamente que el proyecto comprendía obras hidráulicas que acabarían con las inundaciones que solían afectar al barrio durante lluvias abundantes.
Para sorpresa de quienes creíamos que las obras hidráulicas habían sido efectivas, esta semana, en dos oportunidades, no sólo volvió a inundarse el barrio como en las viejas épocas, sino que a diferencia de las tormentas ocurridas antes de las obras de 2009, el agua tardó varias horas en descender su nivel luego de que cesara la lluvia, con la novedad de que las aguas barrosas y la basura que ellas arrastraron quedaron estancadas hacia el final de la calle Arguibel, donde ésta se cierra contra el Campo Argentino de Polo.
Ante el desastre, los funcionarios del gobierno porteño no hicieron más que advertir que las inundaciones podrían repetirse ante tormentas intensas. El lunes 15 cayeron 88 mm en dos horas, con sudestada; el viernes 19, 67 mm en el mismo lapso, sin sudestada. Cabe preguntarse: ¿Cuántos milímetros hacen una tormenta intensa?

Imágenes tomadas en Báez y Arguibel, el viernes 19 de febrero de 2010:






La noticia en los diarios:
Clarín - 20-feb-2010: Leer
La Nación - 20-feb-2010: Leer

1 comentario:

  1. José Manuel Gallego Gamoneda26 de abril de 2010, 22:31

    Amigos de "Cañitas" buenas noches desde Madrid-España.
    Como sabeis os sigo desde aquí, solidario con vuestras cuitas.
    Lamento los desastres que veo en estas fotos y os mando un nuevo abrazo, aunque perdonarme la metáfora: "La verdadera inundación que os atenaza no es producto del agua sino de la especulación-avaricia inmobiliaria" (De esto, algo sabemos por estos pagos).
    Sigo mi investigación sobre "Contaminación Visual"; os tendré informados (El momento decisivo y clave será cuando logre demostrar de modo inequívoco su caracter no ya estético sino patógeno).
    Un abrazo a tod@s,
    José Manuel Gallego

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