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"Trapitos" ya usan la calle como garaje privado


El lunes 8 de agosto, el diario La Nación titula así y completa:
Automovilistas invaden veredas impunemente, para referirse al grave problema del mal estacionamiento de los autos en nuestro barrio, que desde Cañitas Activa venimos denunciando sin ser escuchados por las autoridades que deberían hacer cumplir las normas. El artículo continúa así:

Son cuatro, cinco, seis autos estacionados uno detrás del otro en segunda fila. No tienen las balizas puestas, ni siquiera hay alguien adentro. Después de las 21, pueden verse cualquier día en la zona de restaurantes de Las Cañitas, o frente a los bares de Palermo.

Los dueños de esos autos se cansaron de dar vueltas en busca de un lugar para estacionar y la hicieron fácil: lo dejaron sin freno de mano y le entregaron la llave al muchacho que maneja la cuadra. Así funciona cualquier valet parking, y ésta vendría a ser su versión más irregular.

En una recorrida que hizo LA NACION el viernes por la noche, pudo advertirse esta situación en Palermo, sobre la calle Fitz Roy, entre Honduras y Gorriti, y también en Arévalo, entre Huergo y Báez, en Las Cañitas, un polo gastronómico donde todos los días de la semana hay decenas de personas esperando mesa fuera de los restaurantes.

Un muchacho que se ocupa de mover los autos en segunda fila se acerca a uno que está parado cerca de la esquina y le pide al conductor que lo adelante un poco para poder meter en un hueco paralelo al cordón otro auto que espera más atrás.

-¿Pero no es un garaje? -le consulta el conductor.

-Sí, pero no hay problema porque a nosotros nos dan permiso.

Esa misma respuesta da a LA NACION el hombre que maneja un estacionamiento montado sobre el tramo final de Arévalo que da contra el Campo Argentino de Polo. "La calle no tiene salida, entonces se puede. De un lado, hay una obra y del otro estacionan en doble fila, pero se respetan los garajes", dice.

La logística les demanda diferentes roles. Están los dos que organizan los autos en el callejón, el que mueve los autos y, una cuadra más allá, sobre el boulevard Chenaut, el que se encarga de atraer clientes, hartos de dar vueltas en busca de un lugar.

Alejandro, encargado desde hace dos años del restaurante Las Cholas, en la esquina de Arce y Arévalo, cuenta que, si bien algunos clientes se quejan porque les piden 30 pesos, otros los pagan sin problema con tal de tener el auto a la vista mientras comen. "Esto funciona por todos lados, son grupos de tres o cuatro, pero se respetan territorialmente", explica.

Además de estas modalidades, pueden verse en la zona autos estacionados sobre la vereda. Como sobre la esquina de Báez y Clay, donde, prolijamente estacionados, hay tres autos arriba de la vereda y cuatro más detrás, sobre la calle. Sobre Avenida del Libertador, frente al Hipódromo también es habitual ver gran cantidad de autos mal estacionados.
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1 comentario:

  1. Es una verguenza que eso ocurra!
    por ese motivo es que comence a salir menos a comer afuera, y mucho mas delivery. Pero igualmente el tema de los trapitos deberían solucionarlo

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