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Una vez más, la inundación

Las Cañitas volvió a inundarse, pese a las obras que hizo el gobierno de Macri.
Hace un año, los vecinos residenciales de Las Cañitas manifestamos nuestra oposición a las obras de nivelación de calzadas y aceras sobre Báez. Entonces, los funcionarios dijeron públicamente que el proyecto comprendía obras hidráulicas que acabarían con las inundaciones que solían afectar al barrio durante lluvias abundantes.
Para sorpresa de quienes creíamos que las obras hidráulicas habían sido efectivas, esta semana, en dos oportunidades, no sólo volvió a inundarse el barrio como en las viejas épocas, sino que a diferencia de las tormentas ocurridas antes de las obras de 2009, el agua tardó varias horas en descender su nivel luego de que cesara la lluvia, con la novedad de que las aguas barrosas y la basura que ellas arrastraron quedaron estancadas hacia el final de la calle Arguibel, donde ésta se cierra contra el Campo Argentino de Polo.
Ante el desastre, los funcionarios del gobierno porteño no hicieron más que advertir que las inundaciones podrían repetirse ante tormentas intensas. El lunes 15 cayeron 88 mm en dos horas, con sudestada; el viernes 19, 67 mm en el mismo lapso, sin sudestada. Cabe preguntarse: ¿Cuántos milímetros hacen una tormenta intensa?

Imágenes tomadas en Báez y Arguibel, el viernes 19 de febrero de 2010:






La noticia en los diarios:
Clarín - 20-feb-2010: Leer
La Nación - 20-feb-2010: Leer

VOLVIO EL AGUA

Imágenes tomadas en la noche del 15 de febrero de 2010 en la esquina de Báez y Arguibel, tras la lluvia que descargó 88,5 mm sobre la ciudad, en un par de horas:






La noticia en los diarios:

La Nación: "En la zona de Las Cañitas, en Palermo, el agua ingresó en viviendas y comercios. "Las bolsas de la basura flotaban en el agua sobre la calle Báez " y sus aledañas, contó a LA NACION una vecina. Paradójicamente, en esa zona el gobierno porteño había realizado el año pasado obras hidráulicas para evitar inundaciones."

Clarín: "En Palermo, calles de Las Cañitas, como Arévalo, entre Luis María Campos y Báez, estaban anegadas. "Tenemos agua de lado a lado, estoy viendo si viene mi marido para ayudarlo a entrar", contó Natalia Ríos en la puerta de su casa cerca de las diez. La gente pasaba con el agua en los tobillos".

Mientras esperamos una respuesta por parte del gobierno de la ciudad, la noticia sigue en los principales diarios:

Clarín - 17-feb-2010: Leer
La Nación - 17-feb-2010: Leer

Doce años de degradación urbana en Las Cañitas


En una nota publicada en el diario La Nación el jueves 11 de diciembre de 1997, el periodista Alejandro Di Lázaro señalaba "El barrio Las Cañitas se convirtió en un verdadero infierno. Según sus vecinos, desde hace algo más de seis meses la zona evidenció una lamentable metamorfosis: basura en la calle, ruidos molestos, patotas, ocupación ilegal de veredas, locales ruidosos, veredas ocupadas ilegalmente y autos en doble fila durante las horas pico de la noche son ahora parte de un paisaje jamás imaginado".

Vale leer el artículo completo. Sería bueno que algún funcionario del gobierno porteño recurriera a los archivos periodísticos para revisar la situación de ciertos barrios de la ciudad, que como el nuestro, ven avasallado su carácter residencial, y de una vez por todas se decida dar una solución definitiva al flagelo que vivimos los habitantes de Las Cañitas. Un barrio que el citado artículo definía como: "Una zona tranquila que sólo se veía alterada los domingos en que se disputaba la final del abierto de polo. Pero ahora la proliferación de restaurantes para público selecto y de boliches que atraen a cientos de jóvenes provocaron una mutación que los vecinos no dudaron en definir como "invivible". Se instalaron en el último tiempo diez restaurantes en sólo dos cuadras".
Leer el resto del artículo aquí

Las Cañitas, nuevamente en los medios


Con el título, "Una molestia que crece junto con la transformación urbana", el diario Clarín del domingo 31 de enero de 2010 publica una nota sobre los infortunios que debemos padecer quienes vivimos en un barrio que algunos se empeñan en convertir en polo turístico y de diversión nocturna desconociendo los derechos de los vecinos residenciales que hace décadas elegimos las calles tranquilas y las casas bajas de Palermo.
El artículo comienza: "Palermo es sinónimo de moda, de diseño, de múltiples ofertas para salir a cenar o a tomar algo. Pero para quienes viven allí, el barrio tiene a menudo otra palabra que lo define: ruido.

"Estamos desbordados por la cantidad de locales que fueron habilitados en los últimos años", se quejó Federico Kelly, vecino de Las Cañitas: "el barrio se fue transformando y no hubo una regulación del Gobierno de la Ciudad acorde a esta situación. En principio, hay una gran contradicción: el Código de Planeamiento dice que esta es una zona residencial, por lo tanto la actividad de música y canto debería estar prohibida. A pesar de eso, muchos boliches utilizan la figura de "clubes de cultura" para habilitarse, y terminan poniendo música fuerte hasta altas horas de la madrugada".

"Pueden ser noches de primavera, agradables, con temperaturas de 20 grados; pero para estar tranquilo en mi departamento, tengo que tener todo cerrado. Ya lo tengo asumido", comenta Claudio Mazur, desde la puerta del edificio donde vive. A su lado, por la calle Báez, se suceden bares y restaurantes que ya son tradicionales de la movida porteña nocturna".

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