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Una vecina relató a LA NACION que, en más de una ocasión, llamó por teléfono a los fiscales contravencionales para exigir su presencia para constatar que pubs de la zona emiten ruidos molestos y organizan bailes ilegales. "El operador prácticamente nos desahució. Dijo que si venía el fiscal debíamos estar presentes y aceptar firmar el acta. Aceptamos, e igual no vinieron", dijo.
El párrafo fue publicado en la edición del jueves 23 de septiembre del matutino, en un artículo titulado "Puntos oscuros del sistema por los que se filtra la corrupción
Hay inspecciones no contempladas, atraso en el padrón de habilitaciones y categorías dudosas". Recomendamos su lectura
La Nación también menciona en otro artículo del mismo diario la existencia de "Preavisos y coimas en controles a los boliches", algo que los vecinos de Las Cañitas venimos sospechando ante la ineficiencia de los controles por parte del gobireno como contracara de las denuncias de los residenctes del barrio. Recomendamos leer el artículo completo
Por otro lado, nos llega un e-mail con la foto de los afiches que aparecieron en calles de Palermo y la siguiente información: "El Dr Martín FARREL es el Director Gral de Habilitaciones y Permisos de la (AGC) Agencia Gubernamental de Control (2500 empleados), y a través de la Resolución 1010 habilitó todos los recitales en los clubes de las Avdas del Libertador y F. Alcorta, dejando de cumplir nada menos que el art 30 de la Constitucion de la CABA y la ley 123, por lo que en 2009 fue declarado "persona no grata" en nuestro barrio Gral Belgrano, al que le pidio "resignación".
Transitó las gestiones en la AGC de Young, Bourlot, Rios y ahora la de Ibanez.
Está denunciado ante la Justicia Nacional (Fiscales Dres Pablovsky y Velarde ) y ya pasó por la Justicia de la CABA."
Y en La Nación de hoy se informa que finalmente el Sr. Farrell fue citado a declarar por la fiscal de la causa que se inició tras la tragedia en el boliche encubierto Beara, en Palermo. Esperemos que se haga justicia y los responsables de las maniobras corruptas que permiten todo tipo de atropellos a las leyes en nuestra ciudad sean sancionados y las normas, cumplidas. ¿Será posible?
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El tema de los boliches encubiertos fue cubierto hoy ampliamente por el diario La Nación. Al parecer, los bares de la ciudad estarían recibiendo "permisos extraordinarios" para organizar baile aún cuando no están autorizados para ello. Según el matutino: "Las irregularidades en las habilitaciones y controles de boliches en la Capital sumaron ayer un nuevo y polémico capítulo al conocerse que prácticamente todas las semanas el gobierno porteño concede excepciones para que se usen como discotecas numerosos lugares que no fueron habilitados para tal fin. No se trata, precisamente, de permisos aislados. Algunos bares, por ejemplo, fueron autorizados a "convertirse" en boliches bailables hasta dos veces en una semana. Y en no pocos casos tienen música en vivo".
Junto a esta información de tapa en La Nación de hoy, se publica un artículo dedicado a la problemática que venimos denunciando desde hace años los vecinos de Las Cañitas.
"Las Cañitas, de polo gastronómico a discos encubiertas y night clubs" titula el diario, para comentar que "Mientras algunos comerciantes y vecinos de Las Cañitas ven con cierta inquietud el arribo de una suerte de "cabaret" al barrio, otros reclaman que el gobierno porteño aumente los controles en la zona, ya que, denuncian, varios restaurantes y bares funcionan como boliches bailables encubiertos. Es decir, desvirtúan el uso de su habilitación, una infracción que en las últimas horas fue mencionada a raíz de la tragedia en el salón de fiestas Beara, en Palermo".
"Los vecinos que denuncian que existe actividad de baile clandestina en locales que no están habilitados para tales fines, exigen que el gobierno de la ciudad disponga de un límite a la apertura de restaurantes. De hecho, los ruidos molestos son la principal queja de quienes viven cerca de Báez, donde calles y veredas fueron niveladas hace más de un año para dar un corte pintoresco para el turismo", continúa el mencionado artículo, que aclara también: "La asociación Cañitas Activa ha impulsado denuncias y solicitado inspecciones, principalmente por el descontrol que hay los fines de semana, abarrotados de visitantes".
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Esta vez, la desidia de los empresarios de la noche y la falta de acción por parte de las autoridades del gobierno porteño se ganaron dos vidas. Una vez más, la tragedia golpea en la cara a quienes observan complacidos la fiesta nocturna y se amparan en la “mala legislación” para no actuar ante las irregularidades que a diario se cometen en cientos de locales habilitados que funcionan con otros fines no autorizados según la legislación en vigor.
Los vecinos de Las Cañitas venimos alertando sobre situaciones de descontrol y desvirtúo de los usos en los boliches de nuestro barrio desde hace mucho tiempo, una realidad que ha crecido en forma geométrica en los últimos cinco años. Paradójicamente, la consecuencia posCromagnon fue la propagación de “clubes de cultura” y bares que construyen “entrepisos” con pistas bailables; tal es el caso de Jackie O, Mute, John John y Blonda, por citar locales que habitualmente funcionan como boliches bailables en nuestro barrio.
Cuando denunciamos esta situación, las autoridades nos repiten que se realizan los controles, que mandan inspectores y que, cuando los “pescan” incumpliendo el uso para el que fueron habilitados, los clausuran. Pero notamos que evidentemente con esto no basta: las clausuras duran apenas horas, los empresarios de la noche rápidamente pagan la multa o la apelan ante la justicia, y la música sigue sonando.
En este momento, cuatro proyectos esperan ser tratados en la Legislatura de Buenos Aires para ordenar el tema de usos permitidos y exigir al Gobierno una revisión de la situación de caos y desborde que vive nuestro barrio.
Durante una conferencia de prensa realizada esta mañana, a propósito de la tragedia de Beara, el Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta expresó: “Quizás hubo un mal uso de las instalaciones”. Hace un año, el 29 de septiembre de 2009, el citado funcionario se presentó en nuestro barrio, escuchó nuestros reclamos, se hizo de documentación al respecto y prometió tomar cartas en el asunto. Los vecinos de Las Cañitas todavía esperamos una acción por parte de las autoridades que demuestre que están trabajando para que quienes vivimos en este barrio podamos dormir y vivir tranquilos. Ni siquiera podemos estar seguros de que si ocurre una emergencia, ambulancias o bomberos podrán ingresar por la única vía de acceso que es la calle Báez, congestionada día y noche a causa del angostamiento de la calzada producida por las obras de ensanche de veredas realizadas el año pasado y el absurdo permiso para estacionar en ambas manos, legitimado recientemente por una ley. Si el desastre de anoche se hubiera producido en nuestro barrio, el desalojo y la asistencia a las víctimas hubiera sido caótico ante la saturación de automóviles, que estacionan en doble fila sobre calles aledañas -Arguibel, Clay y Arévalo-, con la anuencia de las autoridades policiales que patrullan la zona, y la ocupación de las veredas, ya no sólo con mesas, sillas, sombrillas y estufas, sino también con estructuras fijas de metal y toldos, tampoco permitidos por las normas que rigen sobre el espacio público.
Los vecinos de Las Cañitas nos solidarizamos con las víctimas de Beara y sus familiares y compartimos su dolor. También, la impotencia ante una realidad que nos sacude pero que lamentablemente no nos sorprende.
Si el gobierno no es capaz de controlar “los malos usos”, pues entonces, que restrinja los usos y no continúe habilitando locales en forma eufemística: Sr. Rodríguez Larreta, le recordamos que en un “salón de fiestas”, en un “club de cultura”, en un “club de música en vivo”, en un “night club” (la última figura que apareció en nuestro barrio), cuando se despliegan las cortinas bloqueadoras de luces para tapar los vidrios, se baila y se salta lo mismo que en una discoteca. Por lo tanto, es responsabilidad de las autoridades y no sólo de los empresarios irresponsables lo que allí suceda. ¿O acaso los vecinos de Buenos Aires debemos asumir que en nuestra ciudad reina la anarquía y la impotencia ante la codicia de empresarios sin escrúpulos?
Leer declaracioes públicas de funcionarios por boliche Beara