En Las Cañitas, dos obras complican la vida de los vecinos (Diario Clarín, 22 de mayo de 2009)
Hay quejas por la paralización de los trabajos sobre la calle Arguibel, que está cortada hace cuatro meses. Pero también hay reclamos por la futura peatonalización de Baez, donde están los restaurantes.
Cuando Baez sea peatonal, el barrio va a ser un caos, se quejan los vecinos.
Una obra que no avanza y que provoca complicaciones en la vida cotidiana. Quejas y falta de información. A pocos metros, otra obra que promete terminarse en los tiempos prometidos, pero que genera más expectativas entre los comerciantes que entre los vecinos.
Todo eso ocurre en la zona de La Cañitas donde hace más de una década se estableció uno de los polos gastronómicos más importantes de la Ciudad, con más de sesenta restaurantes en la actualidad. La obra que concentra todos los reclamos está sobre la calle Arguibel y en el futuro evitaría inundaciones. Los vecinos que viven allí, dicen que "está paralizada" y reclaman mayor información de parte del Gobierno porteño.
"Nunca tuvimos ningún tipo de aviso, ni siquiera de que iba a empezar la obra, que comenzó en febrero. Trabajaron un día y medio, encontraron caños de gas y quedó igual hasta hace una semana, que taparon con tierra", dice Marisa Arcella, una vecina con doce años de residencia en la zona.
Clarín.com recorrió hoy el lugar y comprobó que la obra está totalmente paralizada. En algunos sectores, hay enormes montículos de tierra y escombros, y en otros todavía permanecen los enormes caños pluviales, incluso sobre las veredas.
Para los vecinos y los que trabajan en la zona, la situación implica un obstáculo para su movilidad. "Me perjudica con el auto y con los clientes, invitas a alguien y tiene que dejar el auto a cuatro cuadras", explica Robby, que tiene su oficina justo arriba de Novecento, uno de los restó más tradicionales.
"Nos están complicando la vida. Los días de lluvia, el agua sube hasta las veredas y no se puede caminar. Y el tema del estacionamiento es caótico", agrega Alejandra Rodríguez, otra vecina que encabeza el reclamo. Para Marisa, el problema es más grave porque tiene el garage en su casa. "Tenemos que entrar contramano por Arce", admite.
A diferencia de la calle Arguibel -que abarca unos 150 metros- en la obra de la calle Baez se ve mucho movimiento. Dos cuadrillas trabajaban esta mañana colocando adoquines de hormigón sobre una capa de arena, en un trabajo casi artesanal. Pese a los avances que marcan los vecinos, de las cuatro cuadras que abarca la obra, entre Dorrego y Chenaut, sólo dos están casi terminadas. El trabajo es similar al que se hizo sobre un tramo de la calle Reconquista, que dejó muy contentos a los empresarios gastronómicos. Además de nivelar la calzada con la vereda, se renovaron baldosas y se colocaron luminarias nuevas.
Para los pocos vecinos que viven sobre Baez y sobre las calles adyacentes, el futuro de la peatonalización no es muy alentador. "Ya tenemos la veredas ocupadas, con esta nueva obra va a ser el caos", advierte Alejandra.